La pista de Zandvvort es mítica, con sectores muy técnicos, curvas muy desafiantes y una gran recta; la primera carrera fue en 1948, donde ganó un Maserati y en 1949 un veloz Ferrari. En los 70 se volvió un circuito asesino con la muerte de Piers Courage y el joven Roger Williamson, ambos en la famosa curva Honderwalk. En 2021 regresó al campeonato de la Fórmula 1 y desde entonces Mad Max Verstapen ha triunfado.
La mañana de este domingo 27 mi despertador biológico me hizo rinng a las 6 30 a.m. Por mis medios alternativos, y con un play, directo al Gran Premio de Los Países Bajos, pista muy cerca de la costa del Mar del Norte, a unos 30 kilometros de Ámsterdam.
Una vez pisé las gradas, más bien el pasto del circuito Zandvvort en una carrera de A1GP, que era una idea de hacer un Campeonato Mundial, por México estaba conduciendo Salvador Durán, aquella vez logró el cuarto lugar. Tuvo buenos resultados durante su estancia del 2005 al 2009 con 10 podios incluyendo una victoria en Laguna Seca. La formula 1 realmente no es un campeonato del mundo, más bien de escuderías con pilotos de varios países. En aquella A1GP seleccionaban pilotos de los cinco continentes; fue una suerte mía dar en aquella carrera que no le pedía nada a las categorías de autos fórmula con suicidas como Neel Jani (Suiza), Nico Hulkenberg (alemán excompañero de Sergio «Checo» Pérez), Nelson Piquet Jr (nacido en Alemania, pero representando siempre a Brasil) entre otros, con una parrilla de 22 equipos. «Checo» Pérez corrió dos carreras en la temporada 2006 -2007 sin mucha suerte en un chasis Lola.
Esta mañana tampoco tuvo mucha suerte, saliendo séptimo, pronto se recuperó hasta llegar al segundo lugar, pero siempre hay fatalidades. Primero, mala estrategia de RedBull; dos, una horrible parada en pits de 10 segundos donde los mecánicos no tenía listas las llantas full–wet; tercero y cuarto, dos errores de «Checo» derrapando en la curva del sector 1 y al excederse de 60 km al salir de pits resultó en una sanción de 5 segundos. Terminó tercero y por el castigo en el cuarto puesto; «Checo» se justificó, achacando las fallas al aguacero –un buen rato hubo bandera roja – se encontró con un charco y no pudo frenar.
Hace un par de años, de regreso de Metepec, ya en carretera hacía la Ciudad de México, comenzó a llover muy fuerte y no sé porqué en mi introspección me felicité por manejar muy bien en piso mojado, de repente sentí un subviraje en la parte de atrás del cavalier, traté de controlar e imaginé mi cuerpo prensado; pasó del lado derecho un aveo y me salvó; fue duro el golpe, pero no llegué a la barrera de contención. La llanta trasera se ponchó y me di cuenta que mis pensamientos en ocasiones se convierten en fatalidades. No pasó a mayores, el chasis del cavalier le destrozó la puerta izquierda al aveo. Tanto que me gusta la lluvia y me iba a llevar a visitar el infierno.
La carrera de Zandvvort plana, algunos rebases y la lluvia complicando todo, Verstapen llegó a nueve victorias consecutivas como ya lo hizo Vettel en 2013, también en un RedBull; «Checo» sigue en el segundo escaño del campeonato con una buena ventaja ante el combativo Alonso y su Aston Martín.
Pato O’ Ward
Por otro lado en Illinois se corrió la penúltima fecha de la IndyCar, que se formó de un desliz entre la famosa serie Cart (1979-2023) y la Indy Racing League (1996-2008) que solo se corría en Estados Unidos y en óvalos, en donde hay que recordar a quien abrió el espectro contemporáneo de los pilotos en categorías importantes del automovilismo: Adrián Fernández.
En el World Wide Technology Raceway, un óvalo corto que se construyo en 1967 para los famosos cuarto de milla, Patricio «Pato» O´Ward, el piloto de Monterrey, saliendo desde el tercero, hizo una carrera consistente con buena estrategia y buenas paradas de pits, peleó el primer lugar y quedó muy por detrás – 22 segundos- de Dixon, el experimentado neozelandés; 260 vueltas entretenidas con algunos percances y roces en la bardas ocasionando banderas amarillas. Pato –Arrow MacLaren– se mantiene cuarto en el campeonato, sin aspirar como al principio de la temporada a ganarlo. Ya se subió a un F1 en pruebas, quizá sea el sucesor de «Checo» en un par de años.
¿Soy un frívolo por sacrificar mi sueño por las carreras de autos? Las esperanzas de todas maneras se me fueron en un subviraje, aunque agradezco que las bardas no sean lo mío, el fracaso puede que sí. Walter Rohrl, campeón de Rally (1980 y 1982), explicó perfectamente que es un subviraje: “es cuando ves el árbol contra el que te vas a estrellar”