Se va, como todo un ‘médico brujo’, el ‘Loco’ Valdés que hacía enmuinar al PRI más rancio

FOTO Tribuna
A las 3:40 de la madrugada de este viernes 28 de agosto falleció Fernando Manuel Alfonso Gómez de Valdés y Castillo, ​ mejor conocido como ‘El Loco’ Valdés, quien se fogueó como actor y humorista en las carpas del Centro Histórico de Ciudad de México antes de saltar a los escenarios cinematográficos y televisivos. Americanista total, crítico de diferentes gobiernos priístas, este mexicano fue velado por sus amigos faranduleros en Gayosso Sullivan. En la imagen se le ve personificando a Carlos Salinas de Recortari en el Teatro Blanquita. FOTO Mónica Villa

Redacción Periscopio Cancún

Manuel El Loco Valdés, hacia 1989, se subía al escenario del Teatro Blanquita con la máscara de Carlos Salinas de Gortari, ese ex presidente priísta que prometió el paraíso del libre comercio y perdió las riendas del país el 1 de enero de 1994 con el levantamiento zapatista del Subcomandante Marcos.
Tal imagen, acompañada por una crónica y una entrevista, por poco le cuesta la carrera de cronista en el unomásuno al editor Marcial Fernández, timón del sello editorial Ficticia, pues Huberto Batis, editor del suplemento cultural sábado, tuvo que parar la rotativa en la madrugada para quitarla y modificar los textos, so pena de que el gobierno cerrara el periódico y de que Fernández se tuviera que exiliar en otro país como le ocurrió al novelista Gustavo Sáinz, quien se mofó de la familia presidencial encarnada en las personas de José López Portillo y su hermana Margarita, apodada como La pésima musa.
En aquellos tiempos a los políticos priístas les irritaba la crítica en clave humorística. Hacian como que la toleraban, como que se reían, pero no aguantaban que, entre broma y broma, la verdad se asomara y que se supiera que había en el país una Colina de un ‘perro’ (refiriéndose a López Portillo),  que ‘la corrupción éramos todos’ (criticando «la renovación moral» de Miguel de la Madrid Hurtado) o que se cuestionara el falso patriotismo priísta que convertía a los héroes patrias en seres intocables.
Célebre se volvió aquella broma que lanzó el Loco Valdés:
«¿Cuál fue el primer presidente bombero? Bomberito Juárez».
Gustadísima, e incómoda, se volvió aquella demencial tercia formada con Héctor Lechuga y Alejandro Suárez, en el programa televisivo Ensalada de locos , donde las víctimas habituales eran el priísta ladrón, el priísta inepto, el priísta intolerante.
Un defecto debía de tener. Y no era precisamente ser un americanista que apostaba sus contadas greñas con otro trenzudo igual que él: Sergio Corona, chiva hasta la sepultura. El mayor pero que se le ponía a este Loco era ser una de las estrellas habituales del corporativo Televisa. Por ello, en una entrevista concedida a Carlos Meraz en el diario El Universal, el 19 de julio de 2004, terminó concediendo:
Es mentira que sea espontáneo, todos tienen escritores hasta para aventar pa arriba. Pero ahora resulta que los ejecutivos actuales ya no tienen mucho interés por las personas de edad avanzada, para no decir rucos; a mí no me hacen ni para allá ni para acá, yo estoy dentro de Televisa de por vida, tengo una pensión vitalicia, así que si trabajo bien y si no, me vale madre.
Por eso a este hombre que engrendró 12 hijos y tuvo su último suspiro teniendo 89 años de loquear le gustaba tanto la obra Esperando a Godot  del irlandés Samuel Beckett, Premio Nobel de Literatura en 1969,  porque ahí se sentencia:
«Todos nacemos locos. Algunos continúan así siempre».

A partir de esa alabanza del delirio permanente, Meraz desveló a este personaje en su más sincera locuacidad:

 

-Una vez me llamó a su oficina Luis de Llano Palmer, quien era jefe de Televicentro (hoy Televisa) y me dijo: `Acabo de ver sus programas,  ¿está usted loco, Valdés?`. Le respondí que sí y así me llamaría.

-¿Existe la cordura en tu vida?, preguntó incrédulo Meraz.
-Cuando empezaba sí tenía doble personalidad, pero de un tiempo para acá decidí ser loco de tiempo completo.
-En cuestión de tener hijos, ¿puedes competir con Pedro Infante y Andrés García?
-Definitivamente no. Apenas tengo 12 y uno ya murió.
-Pero, ¿si has llenado de Valdés este país?
-No, hay unos que son Castro.

En tono de marcha fúnebre alguna vez el hermano de Germán (‘Tin Tán’) y Ramón Valdés pidió que se cantaran en su funeral los siguientes versos: «Ya se murió, el locochón, y el que lo critique será un gran cabrón». FOTO La voz del Pitic
-¿A qué político le darías un pastelazo?
-A la política nunca me he metido. Bueno, superficialmente, en mis inicios, cuando nombraba a (el ex presidente Luis) Echeverría y cantaba: «Todo sube y nada baja y el pelón viaja que viaja».
-¿A qué político le robarías la cartera?
-A Vicente Fox.
-Si fueras Presidente de México, ¿quiénes formarían tu gabinete?
-Sería nepotista netamente, pues metería a todos mis parientes y, naturalmente, a mi lado tendría hermosas mujeres para, si no casarme, al menos atenderlas muy bien.
-¿Qué fotografía o imagen nunca colgarías en tu sala?
-La de la secretaria Tere, del programa La oreja .
-¿Qué chiste recuerdas?
-No soy chistólogo, yo improviso los chistes.
-¿Cuál fue el mejor regalo en tu infancia?
Un velocípedo rojo que nos compró mi papá cuando fue a El Paso, Texas, pues nosotros éramos de Ciudad Juárez, Chihuahua. Otro muy bello que me hizo mi compadre querido, Emilio Azcárraga Milmo, fue un Buick Centurión, convertible y color beige. Tenía que golpear a las mujeres para bajarlas del auto.
-¿Tu más grande borrachera?
-Fueron muchas.
-¿Cuánto cuesta un boleto del Metro?
-Nunca me he subido al Metro.
-¿Con qué aspecto de tu trabajo se compararía un orgasmo?
-(Se toca la entrepierna mientras ríe pícaramente) Se me hace una jalada.
-¿Cómo amaneció tu ego hoy?
-No uso el ego.

 

Valdés, el más Loco de un clan de humoristas sin igual, fue muy serio, quizás cuerdo, como nunca lo había sido antes, cuando pidió que en su epitafio se escribiera (y acatara) su última voluntad:

Favor de no estar chingando.

Redacción Periscopio Cancún/ST

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