
Arturo Mendoza Mociño
Las hay quienes superan los 80 kilos y las hay, también, con obesidad mórbida de más de 100 kilos. Se trata
de las Mujeres de peso que la fotógrafa mexicana Patricia Aridjis buscó, convenció y fotografió en Tijuana, Hermosillo, Guadalajara, Ciudad de México, Villahermosa y Mérida.
Fotodocumentalista de la vida de las mujeres en las prisiones, Aridjis presentará su nuevo registro visual del México contemporáneo la tarde del jueves 26 de marzo en el Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez 30) a las siete de la noche.
Crítica total de las exigencias contemporáneas que someten a la mujer a una presión social para cuidar su imagen y su figura, y a que se preocupe y se autopresione por cómo se viste, por cómo luce su edad, por cómo vive su éxito económico, la fotógrafa que forjó su acucioso método en los diarios Milenio y El Universal ha decidido romper con ese mito que sostiene que «las mujeres se la pasan ocultando las llantas, la edad, la menopausia y las frustraciones».
«Por eso», explica en entrevista previa a la inauguración, «busqué retratar cuerpos que rompen con los esquemas convencionales. Con más de 80 kilos de peso y retratar geografías muy particulares porque las mujeres estamos en la lucha de aceptarnos como son nuestros cuerpos sin aspirar a tener una figura distinta y a veces inalcanzable».
No fue tarea fácil porque si el cuerpo nos da identidad, al tener una realidad que no se adapta al canon de belleza habitual, las mujeres tratan de esconderse y alejarse de su entorno.
Aridjis buscó primero para ellas la comodidad. Por eso buscó primero su autorización para ser fotografiadas y se comprometió a que todas saldrían en las imágenes con su rostro cubierto y así, poco a poco, fue consiguiendo la desnudez de cada una de sus retratadas con evocaciones cuadros de Goya, como La maja desnuda, y Lucian Freud y La gorda que fue adquirida por un coleccionista por 33.6 millones de dólares en 2008.
Fotos de cinco metros cuadrados
Tan grande es esta exposición y, también, tan poco convencional, que hay en la planta alta del museo un mural de cinco por cinco metros que impactará con su contenido. Y, a lo largo de Mujeres de peso, podrá conocerse el trabajo reporteril de Aridjis porque ella detalla cómo se relacionan estas mujeres con su pareja, su trabajo, su sociedad y su familia.

Así se podrá saber también de los colectivos que se acompañan y se abrazan como Las gordiamigas de Hermosillo, Sonora, que pusieron un basta a la incomodidad de que ocupan más espacios anden por donde anden. En los restaurantes, en los cines, en los aviones. O de aquellas mujeres que cerca del Metro Chabacano en Ciudad de México venden ropa de tallas grandes y se acompañan y se chiquean en la vendimia.
Las raíces michoacanas de Aridjis, que abrevan en sus bellos lagos y en los traviesos diablos de Ocumichu, esperan, impacientes, los contados minutos que falta para la inauguración de esta exposición donde vendrán varias de las modelos, muchas de las cuales no se imaginan como se verán, pendiendo, angelicales, desde las altas paredes del museo que honra la historia de esta ciudad.

Periscopio CDMX