El fenómeno cultural de los “narcosatánicos” entorno a personajes que en realidad no eran satánicos fue un simple ardid publicitario de la prensa, de lo que llaman ahora tabloides, que, sin duda, el mejor fue Alarma! (1963 al 2014); justo coincidió con la muerte del cantante brasileño Nelson Ned la finalización de este especie de fanzine gore con muy buenas historias, incluso literarias. Ni algunos escritores de terror han podido lograr escandalizar tanto como ese compendio de tragedias morbosas como las que recopilaba esta publicación.
Entre las portadas más rudas del Alarma! es una donde aparece una cabeza desmembrada y alguien sosteniéndola de los cabellos; Brujería, una banda formada en 1989, tuvo como influencia aquel evento sucedido en ese mismo año en el rancho Santa Helena en Matamoros, Tamaulipas, donde la protagonista fue Sara Aldrete Villarreal–estudiante de antropología en Texas—y aquel santero de apellido Constanzo, quienes mediante ritos, presuntamente cometía asesinatos, daba protección espiritual a la gente que se dedicaba a traficar principalmente marihuana y cocaína; se formó el sincretismo entre la santería y el trasiego de sustancias psicoactivas.
La santería es algo muy complejo, proveniente de África que se desarrolló principalmente en el caribe, y se fusionó con el catolicismo, específicamente en Cuba; los Orishas son sus santos, a los que se les tiene que ofrendar sangre, porque “no hay vida sin sangre”, usando animales, exhumando cuerpos y torturando vivos para destazarlos. Según la creencia de los santeros así se absorbe la mala energía de los participantes en los rituales. Eso hacía Adolfo Constanzo, un narcotraficante originario de Miami de padres cubanos, que por casualidad conoció a su cómplice y pareja en Matamoros, Tamaulipas, Sara Aldrete, acusada de asesinato y tortura.
Constanzo se movió hasta el entonces Distrito Federal, donde se hizo famoso leyendo el tarot en la Zona Rosa; fue haciendo algo así como un círculo, con otro sujeto de nombre Omar Orea Ochoa con el que fue formando una secta.
En un cateo realizado por la policía en el Rancho Sana Helena se halló una gran fosa con cuerpos mutilados, calderos, cantidades suficientes de aguardiente, animales muertos y pacas de marihuana. Fue entonces cuando la prensa bautizó a estos supuestos criminales como “narcosatánicos”.
Todo esto me remite a un gran libro de Barry Gifford: The Story of Perdita Durango, 1991 (https://silo.tips/download/barry-gifford-perdita-durango) el cual fue adaptado después en una película demoledora dirigida por Alex de la Iglesia: Perdita Durango, básicamente es la historia Constanzo, conocido como “El Padrino” y que fue interpretado por el gran actor español, que tiene una trayectoria de décadas como lo es Javier Bardem; Alderete “La Madrina” fue personificada por Rosie Pérez.
Así por un rancho lleno de collares, cuerpos mutilados sin corazón ni cerebro y figuras de deidades, comenzó toda esa subcultura que debió llamarse “narco-santerísmo”.
Todo terminó con una redada de la policía mexicana (presionados por el gobierno de Estados Unidos), tras el secuestro y asesinato del estudiante estadunidense Mike Kilroy, en el número 19 de Río Sena en la delegación Cuauhtémoc en 1989, según testimonios, entre la balacera Constanzo le pidió a uno de sus discípulos que lo matara, le disparó y después se suicidó, solo quedó Sara Aldrete y un par de cómplices. Ella fue condena primero a 9 años de prisión y después un tribunal colegiado rectificó y ascendió la condena a 63 años; aún recluida, se dice víctima. En el año de 1995 su sentencia se redujo a 50 años de prisión.
El odiado, y para mí querido, Olallo Rubio, quien fue locutor y productor de la extinta estación radiactivo 98.5 realizó en elpresente año la serie “Narcosatánica: el caso de Sara Aldrete», y existe un documental en HBO también de 2023, así como documentos, historias y mitos. No eran Satánicos, solo santeros haciendo “negocios”.
Satán
La conformación de satán se remonta desde la civilización Mesopotámica con personajes como Tiamat, Lilit; Cananeos, Baal, Habayu, Moloch; Egipcios, Osiris; Persas, Ahrimán. Se consolidó en la Edad Media en el cristianismo con el dios Pan y se formó la representación pictográfica de Satán: el macho cabrío. El mejor impulso que tuvo del siglo XV al XVII fue la brujería, las brujas representaban al diablo con ritos, hechicería y manipulación de fuerzas sobrenaturales en los Sabbats; Margaret Murray (The witch cult in western Europe, 1921) menciona que más bien las brujas se rebelaban ante la opresión del feudalismo y la iglesia católica y su culto era hacía la fertilidad; eso incluía sexo y muerte, el “Maligno” conducía y lo sigue haciendo en la historia de la humanidad y la sociedad.
En el siglo XVII, en Francia, La Voisin, una parisina cuasi indigente tenía un encanto particular para convencer a la gente “común”, incluso a la aristocracia -como a la marquesa de Brinvilliers, quien envenenó a su padre y dos hermanos- sobre sus poderes adivinatorios y de hechicería; fue quien comenzó a realizar misas negras donde conjuraba a tres demonios: Belzebú, Asmodeo y Astaroth, en donde supuestamente cortaban la garganta de cualquier niño y la sangre era la ofrenda para Satán.
¿Satán es el mal? ¿O la humanidad genéticamente conlleva la maldad? Mefistófeles para Goethe –Mefitz en hebreo es destructor-, Lucifer del Poeta Milton en el siglo XVII, al que reivindicó heroicamente y lo hace el primer anti-héroe, el luchador contra la tiranía en “El Paraíso Perdido”: “mejor gobernar en el infierno, que ser gobernado en el cielo”. El demonio pasó por Lord Byron, Baudelaire con ese extraordinario libro, Las flores del mal, 1857: “Príncipe del exilio, a quien perjudicaron, y que, vencido, aún te alzas con más fuerza”. Para muchos escritores Satán aún es símbolo de rebeldía y pegarle al stablishment; existieron personajes como aquel aristócrata Aleister Crowley, a quien incluso su madre lo llamaba “La Bestia”, quien ligó el ocultísmo, el sexo y los excesos de estimulantes psicoactivos, y llevó al límite la lucha contra la moralidad con su hedonísmo; le podemos atribuir de alguna forma parte del satanísmo “moderno”, el cual llegó con Anton LaVey, otro ser excéntrico que en 1966 formó la iglesia de satanás; LaVey no erá satánico, era un gran actor, un mediatico y publicitario, el cual exageraba el culto al demonio, tomó elementos como el pentagrama y la cruz invertidos, desarrolló “La Biblia Satánica en 1969”, que es más bien es un tratado filosófico, porque para LaVey, Satán no existía como entidad física y de nuevo se trataba más bien de tomar un símbolo para golpear al sistema.
- ¡Satán representa complacencia, en lugar de abstinencia!
- ¡Satán representa la existencia vital, en lugar de sueños espirituales!
- ¡Satán representa la sabiduría perfecta, en lugar del auto engaño hipócrita!
- ¡Satán representa amabilidad hacia quienes la merecen, en lugar del amor malgastado en ingratos! 5. ¡Satán representa la venganza, en lugar de ofrecer la otra mejilla!
- ¡Satán representa responsabilidad para el responsable, en lugar de preocuparse por vampiros psíquicos!
- ¡Satán representa al hombre como otro animal, algunas veces mejor, la mayoría de las veces peor que aquellos que caminan en cuarto patas, el cual, por causa de su «divino desarrollo 29 intelectual» se ha convertido en el animal más vicioso de todos!
- ¡Satán representa todos los llamados «pecados», mientras lleven a la gratificación física, mental o emocional!
- ¡Satán ha sido el mejor amigo que la Iglesia siempre ha tenido, ya que la ha mantenido en el negocio todos estos años!
(Las 9 declaraciones satánicas, La Biblia Satánica, 1969)
Mención aparte Huysmans con Allá Lejos, 1891 una novela didáctica sobre sectas y rituales satánicos“, El día de la Bestia. película de Alex de La Iglesia, Rosemary´s Baby de Polanski en 1968, The Exorcist el libro –William Peter Blatty 1971–, la película dirigida en 1973 por William Friedkin y el anime-hentai Bible Black: La Noche de Walpurgis (2001), las bandas Venom – Británicos, 1979-, Mayhem –Noruegos 1984– emblemáticos del Black Metal, incluso Thor es representante del paganismo nórdico, del cual se desprende “algo del satanísmo”.
Ya no hay narco-satánicos–santeros, solo narco estado actualmente, bien nos haría regresar a Satán y quemar a la política de este país.