Por Arturo Mendoza Mociño
En el principio fue una bruja, luego, tras unos cuantos pasos ante la efigie barroca de la Catedral Metropolita, se recordó Eva, abandonó su escoba y se cambió las viejas y polvientas telas por encajes de fino calado y un sombrero de ala ancha. Se irguió, se maquilló las arrugas, se supo bella. Se asumió como Catrina, la muerte elegante que imaginó y grabó José Guadalupe Posada poco antes de que México se transformara para siempre con la Revolución Mexicana en 1910. Así, ella, la bruja, se trasmutó en una, dos, cientos, miles de catrinas que se reunieron el sábado 26 de octubre para romper un récord Guiness más y que el país gana siempre con la Sexta Mega Procesión de las Catrinas 2019.




Cuatro camiones de autobuses transportaron hasta aquí a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa para recordar, como cada día 26 de cada mes, la desaparición de 43 de sus compañeros el 26 de septiembre de 2014. Rojas y blancas banderas de la Preparatoria Popular Tacuba Obrera se mecen frente al Hemiciclo a Juárez. El mitín no tiene para cuándo terminar porque, antes que los padres de los estudiantes desaparecidos, otros oradores tratan de despertar al pueblo que espera, impaciente, la llegada de las catrinas. En la glorieta de Bucareli, en el Monumento a Colón, en el cruce de Paseo de la Reforma e Insurgentes, nadie sabe que esta protesta es la que detiene el avance del osario andante. La verbena habrá de esperar hasta 6:42 pm con amenaza de lluvia. FOTO AMM





¡Sálvase quien pueda y mójese quien quiera en este Mictlán! FOTO: AMM
Con información de E. B./Staff Periscopio