Texto y fotos Alejandro Cárdenas San Antonio/Periscopio CDMX
En el arte rupestre de Tepoztlán, Morelos, hay nuevos hallazgos aún por estudiar.
La escena es una verdadera historia naturalista con imposible tiempo de datación. La única referencia cronológica que hay en ella es la que se podría suponer como la presencia de un mamut. A partir de ese hecho, la antigüedad de los grabados podría suponerse entre unos 10 y 12 mil años. El autor o los autores de la pictografía en roca representaron su hábitat en la era paleolítica.
La mezcla de gomas vegetales, sangre y huevo en el pigmento, son aglutinantes que proporcionaron las propiedades necesarias para la perdurabilidad de esta representación en una cueva de Tepoztlán. El color nacarado del pigmento hace presuponer que el material empleado es limonita; un mineraloide, clasificado así por carecer de fórmula química definitiva, se compone por óxidos de hierro hidratados y es común en pantanos, lagos y sedimentos marinos poco profundos.
Sobre las paredes de roca al interior de la cueva hay imágenes de fauna mayor, fauna menor, figuras antropo-zoomorfas y otras difusas e indescriptibles. Aunque este tipo de expresiones milenarias se consideran patrimonio cultural de la humanidad, estas en especial no están clasificadas aún por el INAH-Morelos.
El descubrimiento fue fortuito debido a que el acceso para explorar una parte del corredor biológico Chihinautzin está ampliamente bloqueado con las construcciones frontales de casas privadas, -que inexplicablemente tienen como patio trasero la zona federal de la misma montaña- y la caminata forzada por un improvisado y abrupto sendero, condujo por accidente a la caverna con la escena del paleolítico.
Para asegurar la conservación y preservación de este singular y profuso mensaje de los cazadores y recolectores que vivieron hace miles de años en esta región de Mesoamérica y dejaron este invaluable legado prehistórico, el autor omite la ubicación exacta a la espera de que especialistas en arte rupestre realicen la datación y clasificación de estos lienzos de piedra que mantienen una cápsula de tiempo de lo que fue Morelos en tiempos prehistóricos.
Periscopio CDMX