El Óscar que debió llamarse Emilio

En 1927 Louis B. Mayer, presidente de la Metro Goldwyn Mayer (MGM), fundó la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (AMPAS, por sus siglas en inglés) con la finalidad de darle una estructura sólida a la entonces joven industria del cine. Poco tiempo después, a los miembros de la reciente organización se les ocurrió premiar a quienes laboraban tanto detrás como delante de la pantalla grande. Es así como en 1929 se realizó la primera ceremonia de entrega de los Premios de la Academia.

En aquella época, el cineasta estadounidense Cedric Gibbons estaba casado con una cotizada actriz de Hollywood, la duranguense Dolores del Río. Fue ella quien le presentó a un actor mexicano que había aparecido como extra en varias películas. Se trataba de Emilio Fernández Romo, posteriormente conocido como el “Indio” Fernández.

En un principio, cuando Gibbons le pidió que posara desnudo para la realización de la estatuilla, el “Indio” se negó rotundamente, pero su amiga Dolores del Río lo convenció de que lo hiciera, argumentando que era un privilegio haber sido elegido como modelo para la creación de un trofeo tan importante. Por fin, el “Indio” accedió y su estilizado cuerpo fue inmortalizado en la estatuilla que, aunque no tiene definidos sus rasgos faciales, trascendió al espacio y el tiempo, convirtiéndose en el premio más deseado y prestigioso del cine mundial.

El “Indio” en Hollywood

Emilio Fernández Romo nació en Mineral del Hondo, Coahuila, en 1904. Fue hijo de un militar y participó en la Revolución Mexicana. Después cruzó la frontera norte para buscar El “sueño americano”.  Comenzó a trabajar como albañil en la naciente zona residencial de los famosos, Beverly Hills, lo que le permitió acercarse a la MGM, compañía en donde la hizo de todo: jalacables, asistente de vestuario, barman y asistente de cámara. Su primer trabajo como extra fue, al parecer, en la cinta «Torrente» (1933), en la que también debutó ante Hollywood la diva Greta Garbo. La oportunidad de que los productores se fijaran en su atlético cuerpo, pues había sido clavadista en La Quebrada, en Acapulco, llegó cuando hizo castings para actuar en cuatro películas con escenarios de playa. Y aunque no fue elegido en ninguna, sus fotos de clavadista quedaron archivadas y fue por ellas que Cedric Gibbons se interesó en él para su diseño del Oscar, lo demás es historia.

El “Indio” en México

Lo que inmortalizó al “Indio” Fernández fue su trabajo como director cinematográfico, el cual creció paralelamente al movimiento muralista conformado por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. El “Indio” fue el artista del celuloide por excelencia en la Época del Oro del cine mexicano al resaltar nuestras raíces mostrando el pintoresco mundo rural y la belleza de la mujer indígena. Emilio Fernández convirtió en divas nacionales e internacionales a Dolores del Río y a María Félix. Fue creador de cintas inolvidables como “Flor Silvestre” en (1943) “María Candelaria” (1943) “La Perla” en (1945) “Río escondido” (1947) y “Pueblerina” (1948), entre muchas otras, de la mano del excelente fotógrafo Gabriel Figueroa. Su fama trascendió fronteras y sus realizaciones le han dado la vuelta al mundo.

“La casa fuerte”, ubicada en el barrio de Coyoacán, es un monumento arquitectónico que construyó para el “Indio” el arquitecto Manuel Parra, su entrañable amigo. Fue su guardia y su inspiración. El “Indio” Fernández dejó florecer su talento entre sus muros, mismos que fueron testigos de bohemias con artistas e intelectuales, así como de muchos amores.

En estas tertulias, el “Indio” compartía sus anécdotas, como aquella en la que contaba haber modelado para la estatuilla de la Academia, pero pocos le creían. Sin embargo, en 2009 se abrieron los archivos de Cedric Gibbson y se corroboró lo que contaba el “Indio”.

Actualmente los estudios de la MGM cuentan con una sala dedicada exclusivamente a los premios de la Academia, en donde se pueden ver los documentos que prueban que el coahuilense decía la verdad.

De Emilio a Óscar

Aunque la estatuilla por derecho propio debía llamarse Emilio, terminó siendo conocida como “Oscar”. Pero ¿Cómo y por qué fue llamada así? Al respecto hay varias versiones.

Una de ellas es la que reporta la actriz Bette Davis en sus memorias, asegurando que la estatuilla lleva ese nombre porque ella en una ocasión había dicho que se parecía a su primer marido: Harmon Oscar Nelson. Esta versión es poco creíble ya que a Nelson lo conocían como Ham y pocos sabían de su segundo nombre.

Hay otra versión mucho más autorizada que la anterior, ya que hasta la página oficial de los premios Oscar la menciona. Supuestamente, en 1931, la bibliotecaria de AMPAS Margaret Herrick, al ver de cerca la estatuilla reclamó: Se parece a mi tío Oscar. Y desde entonces recibió ese nombre.

Hay una tercera teoría, según la cual el columnista de chismes de Hollywood, Sidney Skolsky, se atribuye el sobrenombre del premio de la Academia. Skolsky relata en su libro “Get Me Wrong, l Love Hollywood” (1975) que en 1934 fue invitado por primera vez al banquete de entrega de premios y a partir de entonces lo llamó Oscar en todas sus columnas hasta que el nombre se institucionalizó en 1939.

Pueden seguir acumulándose las hipótesis, pero es innegable que el premio debió llamarse Emilio, a los 85 años de edad sigue siendo el más importante y codiciado de la Industria cinematográfica.

De entre las mujeres que amó el Indio Fernández sobresale una actriz que lo ligó a Hollywood irremediablemente: la actriz Olivia de Havilland. Se cuenta que la amó hasta el día de su muerte y que en los años 40 le envió un rebozo y una carta de amor con un oportunista amigo de la industria hollywoodense llamado Marcus Goodrich, quien la enamoró y se casó con ella para divorciarse tiempo después. El recuerdo de Olivia de Havilland quedaría grabado en la calle donde se encuentra su casa conocida como Casa Fuerte del Indio: Dulce Olivia en recuerdo de su eterno amor platónico.

El Óscar

  • Nombre Oficial : Premio de la Academia al Mérito
  • Altura:34.5 cm
  • Peso:3.8 kg
  • Material: Metal chapado en oro de 24 kilates
  • Diseñador: Cedric Gibbons, director de arte de la MGM
  • Escultor George Stanley, artista angelino
  • Fabricante:R.S Owens & Company, de Chicago
  • Primera entrega:16 de mayo de 1929, Blossom Room del Hotel Hollywood Roosvelt
  • Primera persona en recibirlo: Emil Jannings. como mejor actor por dos películas: The Way of All Flesh (1927) y  The last Command (1928)

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