Quieren plaza en el INBAL, pero no les darán y, por ello, protestan por ser víctimas de ‘outsourcing’ de la 4T

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Redacción Periscopio CDMX

Al promotor cultural Samuel Mesinas le queda muy en claro que la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador no resolverá la complicada situación laboral de decenas de trabajadores del Instituto Nacional de Bellas Artes porque no hay en él plazas laborales en términos claros de la ley y porque el llamado  capítulo 3000 (alrededor de mil personas) ha ayudado a subcontratar a varios trabajadores.

Nadie ha tenido la voluntad de abrir plazas de trabajo para incorporarlos y hacer válido todos sus reclamos que año con año son el mismo: certeza laboral. Ni Consuelo Sáizar ni Rafael Tovar y de Teresa ni Sergio Vela, anteriores titulares en el sector, consideraron en sus grandilocuentes proyectos de cultura abrir plazas laborales para la clase trabajadora de la cultura. Ni a la derecha, ni a la izquierda, ni al centro les interesan, lamentó

El gobierno no tiene para pagarle a los empleados de los museos, pero ya quiere construir y abrir otros espacios culturales, abundó Antonio Mier Hughes, también promotor cultural.
El problema de los trabajadores de los museos con años de trabajo pero contratados por régimen temporal y ajeno a la institución, no fue generado por esta administración, más bien lo recibió en herencia, explicó Mier Hughes. Sin embargo el gobierno actual está en posibilidades de solucionar este problema, utilizando parte de los recursos de Chapultepec, pero por lo visto no tiene el mínimo interés en hacerlo
El capítulo 3000, al que están adscritos varios de estos empleados, debería de entrar en la regulación de outsourcing que pretende la presente administración, aunque no sea una empresa, la titular de Bellas Artes es  la que los subcontrata en una clara contradición: el propio gobierno es el que subcontrata bajo un sistema que pretende regular.
Los firmantes de la protesta pertenecen a la Subdirección de Difusión por Medios Electrónicos; la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda; la Sala de Arte Público Siqueiros y La Tallera, en Cuernavaca; los museos del Palacio de Bellas Artes, Nacional de la Estampa, Mural Diego Rivera, Nacional de San Carlos, Nacional de Arte, de Arte Moderno, de Arte Carrillo Gil; el Laboratorio Arte Alameda; la Galería José María Velasco, la Compañía Nacional de Teatro; las coordinaciones nacionales de Danza y Teatro; el Centro Mexicano de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble y el Centro Mexicano de Teatro ITI Unesco.
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Los trabajadores contratados por el capítulo 3000 de Bellas Artes protestan otra vez por la nula respuesta a la misiva que remitieron públicamente a la titular del INBAL, el pasado 25 de noviembre, “con la expresa petición de reanudar diálogos truncos sobre cuestiones tales como pagos atrasados del mes de octubre, además de vías para generar certeza de no atraso en próximos pagos, así como de recontrataciones y prestaciones laborales”.

La intención del paro, explicaron, es mostrar al público en general las labores que realiza el personal contratado a través del capítulo 3000, por lo que son completamente sustanciales, e involucran áreas de operación y servicio tales como programación, creación y diseño de contenidos, difusión, servicios al público, entre otros.
Y agregaron: “Como comunidad de profesionales dedicados y amantes de nuestro trabajo y del Instituto, transmitimos nuestro profundo dolor y decepción por la necesidad de tener que implementar dichas acciones ante los constantes abusos y omisiones de las autoridades responsables”.
El pasado 26 de noviembre, los protestantes exigieron a Jiménez reanudar el diálogo para la regularización de su situación laboral y que se definan las condiciones de su recontratación para 2021.
Ya págame INBA, exigen sus trabajadores. FOTO Excélsior

Por años se sacrificaban  los pagos del capítulo 3000 porque los directores de los institutos pagaban las prestaciones no autorizadas por Hacienda a los sindicalizados.

Cuando Hacienda les autorizaba disponer de recursos autogenerados por ampliación presupuestal es que pagaban al personal bajo este peculiar outsourcing. Ahora la Secretaría de Hacienda de Arturo Herrera no pueden autorizar nada, el oficial mayor y los administradores de los institutos fueron puestos por Raquel Buenrostro, titular del SAT, y  ella es la que le informa al presidente.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador tiene a una persona que está por encima de Arturo Herrera para abrir el sistema de pagos o no. Pero no les importa, consideraron los promotores Mesinas y Mier Hughes. Aunque cada trimestre se envían a las partidas del presidente los recursos no erogados, que se consideran «ahorros».

Lo que antes eran conocidos como subejercicios ahora son «ahorros». Pero ya no se pagan las prestaciones no autorizadas por Hacienda y, además, ya no tienen dinero para pagar capítulo 3000. El escenario es peor en el parecer de Mesinas y Mier Hughes. Es la discrecionalidad y el desvío sistemático de recursos públicos.

 

Redacción Periscopio CDMX/EB (Con información de Samuel Mesinas y Juan Carlos Talavera, reportero cultural del diario Excélsior)

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