Ciudad de México, epicentro de muerte y moderno ‘Tzompantli’ al Covid-19  

Tzompantli de Guatemala 24, Centro Histórico de CDMX. FOTO Regeneración
Vista frontal del Tzompantil ARTE Fb ADV Estudio

Arturo Mendoza Mociño

Poco antes de los Días de muertos de este pandémico año, el Programa de Arqueología Urbana del INAH dio a conocer imágenes fotográficas de lo que se encontraba debajo de Guatemala 24, atrás de la Catedral Metropolitana.

Es el Huey Tzompantli  con el que los aztecas exhibían los cráneos de los individuos sacrificados en honor de Huitzilopochtli, dios de la guerra.

Allí estaban los  fragmentos de cráneos, mandíbulas y 10 mil 500 restos óseos de, estiman los arqueólogos, 221 personas.

Cráneos del Tzompantli hallado atrás de la Catedral metropolitana. FOTO Regeneración

Esos 221 restos humanos no se comparan con los 100, 000 mexicanos que han muerto por Covid-19, según cifras oficiales. Este miércoles 18 de noviembre, desde Palacio Nacional, a unas decenas de metros donde se halló el Huey Tzompantli , la mortandad mexicana ante el nuevo coronavirus se cifró en 99 mil 598 decesos.

Y contando… Porque las nuevas medidas de detección en macroquioscos en plazas públicas y estaciones de muestras no han logrado que Ciudad de México encabece, a nivel nacional, el primer lugar de fallecimientos por el Sars-Cov-2 (con  16, 383    decesos registrados al 15 de noviembre del 2020) y, lo más preocupante aún, que desde la semana pasada la capital pasó de tener 50 muertes diarias a más de 100.

Tzompantil de la Gran Tenochtitlan ARTE Fb ADV Estudio

El Huey Tzompantli  de Guatemala 24 abarca un rango de tiempo comprendido entre los años de 1486 y 1502 de nuestra era. Como el primer tzompantli construido por los aztecas en honor a  Huitzilopochtli se trata de una estructura con travesaños que exhibían los cráneos entre dos torres de cabezas pegadas con cal y escaleras también hechas con cráneos. Se trata de un osario monumental porque se extiende por una plataforma de 36 metros de largo y 14 de ancho.

Distintas versiones de la historia oficial mexica  ubican el primer tzompantli en el cerro de Coatepec donde los mexicas habrían  capturado y sacrificado al tlatoani Tla­huiz­cal­po­ton­qui de Atenco en su peregrinación hacia la Cuenca de México.

Proyección tridimensional del Templo Mayor en Ciudad De México. FOTO Fb Rodolfo Córdova

Las autoridades de salud a nivel federal han minimizado los decesos por Covid-19 aunque, día con día, proporcionan información que inquieta por su permanente ascenso:

Al 18 de noviembre de 2020 (en México), como informó esta tarde miércoles Hugo López-Gatell Ramírez,  hay

  • 1,015,071 casos confirmados por #COVID19.
  • Se han registrado 1,239,269 casos negativos
  • 99,528 defunciones confirmadas
  • y hay 762,025 personas recuperadas

Y ninguna vacuna en el horizonte para frenar la expansión de los contagios que, en Europa, han paralizados ciudades enteras por semanas.

Reproducción tridimensional del Tzompantil hallado atrás de la Catedral Metropolitana ARTE Fb ADV Estudio

Los cantantes Yoshio y Óscar Chávez, el artista plástico Manuel Felguerez, el poeta y editor Sandro Cohen, son algunos de los integrantes de la comunidad cultural mexicana que han sucumbido ante el nuevo mal.  Y debido al confinamiento y la economía aletargada no se ha podido dimensionar el efecto que ha provocado esta muerte sin fin.

Pareciera que, como en tiempos aztecas, y como lo escribiera ya Edmundo Valadés en un célebre cuento, la muerte tiene permiso de hacer lo que le plazca sin contar las otras numeralias mortales del país:

Las víctimas del narcotráfico.

Los desaparecidos.

Los que sucumben ante la violencia delincuencial.

En tiempos de Covid-19, en Ciudad de México se yergue un nuevo tzompantli.

Interpretación plástica del Tzompantli azteca realizada por el artista visual Rafael Cauduro FOTO Rafael Cauduro

Periscopio CDMX (Con información de Arqueología Virtual y Regeneración)

 

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