Lázaro Cárdenas, Presidente de México. Segunda de tres partes

FOTO Memoria política de México

Redacción Periscopio CDMX

Al celebrarse las elecciones del 4 de julio de 1934, Lázaro Cárdenas emitió su voto personal a favor de Tomás Garrido Canabal, destaca Doralicia Carmona en su perfil del divisionario de Jiquilpan.

Los resultados  electorales fueron de 2 millones 225 mil votos (98.19%) para Cárdenas, postulado por el Partido Nacional Rrevolucionario -PNR- , y para Antonio I. Villarreal de la Confederación Revolucionaria de Partidos Independientes -CRPI-, sólo 24,395, el 1.07%  de la votación. Cifras aun menores correspondieron a Adalberto Tejeda de los Partidos Socialistas de Izquierda -PSI- con 16,037 votos y a Hernán Laborde del Partido Comunista Mexicano -PCM- con 569 votos. 

Es explicable este triunfo porque Cárdenas inició en Querétaro, el 8 de diciembre de 1933, una exhaustiva campaña presidencial que llegó a los lugares más apartados de México nunca antes visitados por un candidato.

“Yo soy quien debe ir a ellos», justificaba, «ya que ellos no pueden venir a mí”.

Casi sin dormir recorrió casi 27 mil kilómetros escuchando a la gente para entender sus problemas y obtener apoyo para las reformas que se proponía realizar. Viajó por todos los medios de transporte disponibles en la época, aún a pie. Y usó todo tipo de propaganda para hacer llegar su mensaje, desde la radio y el cine, hasta los botones, carteles y banderines. Su lema de campaña fue Trabajadores de México, uníos. Terminó su gira en Durango, desde donde dirigió un mensaje la víspera de la jornada electoral por la XEFO, estación del PNR que había cubierto toda su campaña.

FOTO Lázaro Cárdenas en Oaxaca, siendo presidente del Partido Nacional Revolucionario, padre del Partido Revolucionario Institucional. Imagen tomada de «Era otra cosa la vida», memorias de Amalia Solórzano de Cárdenas (Nueva Imagen, 1994)

El 30 de noviembre de 1934, Cárdenas, vestido sencillamente (sin jacquet ni sombrero de copa, como era costumbre), asumió el cargo de Presidente de la República, en su mensaje inicial señaló:

“La revolución Mexicana ha seguido, desde su origen y a través de su historia, un anhelo de justicia social…Tengo presentes de una manera indeleble las impresiones que durante mi campaña electoral pude recoger: profundas desigualdades e inicuas injusticias a que están sometidas grandes masas de trabajadores y muy particularmente los núcleos indígenas… Nada puede justificar con más elocuencia la larga lucha de la Revolución Mexicana, como la existencia de regiones enteras en las que los hombres de México viven ajenos a toda civilización material y espiritual, hundidos en la ignorancia y la pobreza  más absoluta, sometidos a una alimentación, a una indumentaria y a un alojamiento inferiores impropios de un país que, como el nuestro,  tiene los recursos materiales suficientes para asegurar una civilización justa.”

En lugar de vivir en el castillo de Chapultepec, que convirtió en museo, acondicionó el antiguo rancho de La Hormiga para convertirlo en  la residencia presidencial de los «Los Pinos». Abrió las puertas del Palacio Nacional a campesinos y obreros, e instaló un telégrafo para que cualquier ciudadano pudiera comunicarse con el presidente.

Amalia Solórzano de Cárdenas sostiene entre sus brazos a su hijo Cuauhtémoc el 1 de mayo de 1934 FOTO «Era otra cosa la vida», memorias de Amalia Solórzano de Cárdenas, (Nueva Imagen, 1994)

A las 12 horas del 1 de mayo de 1934, Cárdenas saludó a los trabajadores mexicanos por la radio y los motivó a organizarse en más cooperativas  para mejorar sus condiciones laborales y salariales y, así, aumentar la producción agrícola e industrial.

«A las 18 horas dio Amalia a luz un niño. Feliz coincidencia la de su nacimiento en este día 1 de mayo. Llevará por nombre Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano», escribe el Presidente de México Lázaro Cárdenas en sus ‘Apuntes’.

De la ajardinada casa de la calle Wagner No. 50, en la Colonia Guadalupe Inn, los Cárdenas se mudaron a el Rancho de La Hormiga, colindante al Castillo de Chapultepec, recuerda en sus memorias Amalia Solórzano de Cárdenas.

«(El general) Vio que la casa estaba muy destruida pero que tenía más o menos las comodidades que él quería: tenía un campo muy grande, una alberca (aunque no en buenas condiciones) y sobre todo espacio. Cuando nos cambiamos hubo que hacer baño, pues había uno solo en la parte de arriba».

Lo que quería el General, evoca su esposa, era una casa donde él pudiera levantarse muy temprano a caminar o bien nadar muy temprano, en agua helada, porque la alberca entonces era fría con ganas. Los Pinos le gustaba porque tenía mucho espacio, se paseaba por ese jardín y conversaba caminando con sus citas del día. FOTO «Era otra cosa la vida», memorias de Amalia Solórzano de Cárdenas (Nueva Imagen, 1994)

Lázaro Cárdenas le puso el nombre de Los Pinos al antiguo Rancho de La Hormiga en recuerdo a lo que le había dicho a una familia amiga de Tacámbaro:

«Cuando tenga una casa, le pondré Los Pinos, porque aquí conocí a Amalia».

Por eso, el Presidente de México hizo sembrar muchos pinos para hacer honor al nombre y guardar el secreto de por qué se llamaba Los Pinos.

«No sea que le vayan a cambiar el nombre», decía.

La orquesta de la escuela «Hijos del Ejército» de la que formaba parte Cuauhtémoc Cárdenas, al centro, con violín en mano. FOTO «Era otra cosa la vida», memorias de Amalia Solórzano de Cárdenas (Nueva Imagen, 1994)

Los Cárdenas, en su casa de Los Pinos, acogieron a veinte niños (niños y mujeres) que el Presidente de México recogió en sus giras de gobierno, fueran huérfanos o hijos de padres pobres que convivieron con el pequeño Cuauhtémoc Cárdenas.

«Amalia», escribió el general Lázaro Cárdenas en sus ‘Apuntes’ (1967), «fue una madre para todos ellos. Hicieron sus estudios los primeros años en el interior de nuestra residencia de Los Pinos. Posteriormente los protegió en sus estudios y necesidades y hoy varios de ellos ejercen la profesión que siguieron».

Al frente del PNR, de noviembre de 1930 a agosto de 1931, recorre todo el país para ampliar las células del partido y para que varios de sus proyectos se conozcan más: creó el diario ‘El Nacional’ como diario del partido, funda la Confederación Deportiva Mexicana y da el banderazo de salida del primer desfile deportivo del 20 de noviembre. FOTO Memoria política de México

Lázaro Cárdenas, durante su gestión, recorrió varias veces el país  (más de 80 mil kilómetros):

“Las giras de gobierno tienden a despertar el espíritu cívico de las masas y crear la acción conjunta entre los núcleos sociales, autoridades municipales, locales y la Federación para satisfacer las necesidades seculares”, consideró.

Usó la radio para informar de sus acciones. También fue el primer presidente que leyó de pie y completo su informe de gobierno ante el Congreso de la Unión y el primero también que dio el Grito en Dolores, Guanajuato, el 15 de septiembre de 1940.

Fin de la segunda parte

Mañana: Las decisivas

acciones de ‘Tata’ Cárdenas

Redacción Periscopio CDMX/EB

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