
Redacción Periscopio CDMX
El pasado jueves 3 de septiembre comenzó otra pesadilla para Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de Derecho Humanos (CNDH).
Ese día los colectivos denominados Frente Nacional Ni una Menos México y Aequuus, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos se apersonaron en las inmediaciones de las oficinas del organismo ubicado en Cuba 60 y las okuparon para, desde ahí, entregar un pliego petitorio dirigido al Gobierno federal dado que, desde su nombramiento, el 12 de noviembre de 2019, Ibarra Piedra es una funcionaria que enfrenta más polémicas y cuestionamientos en lugar de tener buenos tiempos para el consenso en un área que exije más brío y armonía para resolver graves y profundos rezagos en los casos de víctimas de violencia en todo el país.
Las peticiones en apoyo de las mujeres que plasmaron en el pliego petitorio son:
- Servicios médicos y acceso a medicamentos
- Entrega de despensas
- Programa de empleo
- Subsidio para la Alerta de Violencia de Género a siete estados de la República
- El retiro de la campaña “Cuenta hasta Diez” (Aunque ésta ya fue eliminada antes de las protestas)
- Poner fin al discurso de descalificación del movimiento feminista

Las mujeres okupas justificaron la decisión de la toma del edificio y la realización de pintas este fin de semana ante la “inmovilidad” de autoridades de los tres niveles de gobierno para dar respuesta a sus demandas de verdad y justicia ante diversos crímenes como feminicidios, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, homicidios dolosos, entre otros.
En cambio, el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador señaló en La mañanera de este lunes que respeta todas las manifestaciones pero que no está de acuerdo con el vandalismo, y reclamó lo hecho por las manifestantes a una pintura de Francisco I. Madero aunque, también, retratos de José María Morelos, Miguel Hidalgo y Benito Juárez fueron pintarrajeados con símbolos anarquistas.
«Respeto todas las manifestaciones pero no estoy de acuerdo con la violencia y el vandalismo», apuntó el Jefe del Ejecutivo, no estoy de acuerdo con lo que hicieron a la fotografía, la pintura, de Francisco I Madero, yo creo que quien conoce la historia de este luchador social sabe que debemos guardarle respeto. Porque quien afecta la imagen de Madero o no conoce la historia, lo hace de manera inconciente, o es un conservador. Así. Es un pro-porfirista».
A la hija de Yesenia Zamudio la mataron en 2016 y su familia pide justicia para ella y para todas las mujeres asesinadas en México. De ella es el reclamo más fuerte a López Obrador sobre la realidad que vive:
«No soy una colectiva, ni necesito un tambor, ni necesito un pinche partido político que me represente. Yo me represento sola y sin micrófono. Yo soy una madre que me mataron a mi hija, soy una madre empoderada y feminista. Si estoy que me carga la chingada tengo todo el derecho a quemar y a romper. No le voy a pedir permiso a nadie porque yo estoy rompiendo por mi hija», alegaba Zamudio rodeada de decenas de mujeres con pancartas y fotos de otras asesinadas y desaparecidas.
Las protestantes, vestidas de negro y con rostros encubiertos, advirtieron que permanecerán en el lugar hasta que se resuelvan sus demandas en los casos de víctimas de violencia. Además proponen que estas instalaciones cambien de uso y se conviertan como refugio para las víctimas de violencia. Incluso han renombrado el edificio llamándolo Ocupa, Casa de Refugio Ni Una Menos México.
El mandatario mexicano resaltó que la presidenta de la CNDH, Rosario Ibarra Piedra, también es luchadora social y no una conservadora ni otra más de los “simuladores” a favor del régimen autoritario, por lo que recomendó dialogar con ella.
Marcela Alemán, madre de una menor de edad agredida sexualmente, y Silvia Castillo, mamá de un joven asesinado en San Luis Potosí, y quienes fueron las iniciales protestantes en la toma de las instalaciones de la CNDH, ya se encuentran bajo protección de la Secretaria de Gobernación desde el pasado viernes 4 de septiembre en un lugar seguro por lo que ya abandonaron la sede que es considerada por las manifestantes como territorio okupa.
El pasado 3 de septiembre ambas madres, respaldadas por un grupo de al menos 15 mujeres, pidieron justicia por la desaparición de sus familiares y otros delitos. Por ello se entrevistaron con Piedra Ibarra y luego decidieron tomar las instalaciones.
Fabiola Alanís Sámano, titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), y Nelly Montealegre Díaz, coordinadora general de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, trataron de dialogar con ellas sin alcanzar una solución que permita el desalojo de las instalaciones.
Redacción Periscopio CDMX/EB