Redacción Periscopio CDMX
La Iglesia de la Santa Veracruz resultó afectada, como otros muchos templos virreinales, por los sismos del 2017. Nada se hizo en el año siguiente, 2018, cierre de la administración de Enrique Peña Nieto. En el 2019, con el culto abierto, fue cerrada dado el peligro que representaban los daños -hundimientos, posibles desprendimientos de canteras labradas- tras el alarmante dictamen realizado.
Ahora, en el parecer de José Carlos Canseco Gómez, coordinador del grupo El Caballito Conservación, «con la iglesia incendiada, hay restauración aprobada» porque el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) contrató, por asignación directa, a la empresa Tares para realizar los trabajos urgentes de restauración.

La Arquidiócesis de México ha manifestado que expresaron, en tiempo y forma, que personas en situación de calle estaban ingresando al interior del templo. Pero no fueron atendida sus observaciones. Se ha filtrado que se trató de un incendio intencional, no es asunto menor que deberá de investigarse.
Resulta significativo que un día después, la información más clara y la postura más enérgica a favor de la restauración y protección del recinto haya sido la que compartiera, en una entrevista periodística, Alfonso Suárez del Real, Secretario de Cultura del gobierno capitalino y no lo informado por algunos funcionarios federales, por cierto los mismos que estaban desde el gobierno de Enrique Peña Nieto, Diego Prieto en el INAH y Arturo Balandrano, hoy en la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural y a cargo, entonces, de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH.
La Iglesia de la Santa Veracruz es muy significativa en la historia fundacional de Ciudad de México por voluntad de Hernán Cortés, con la célebre cofradía de los Caballeros de la Santa Veracruz, entre ellos el ilustre Don Guadalupe Victoria, y los tesoros que en ella se conservan como el Cristo de los Siete Velos, la Virgen de los Remedios, la obra de Miguel Cabrera, el lugar secreto donde reposan los restos de Manuel Tolsá y un Archivo del Siglo XVI.

Arturo Balandrano, titular de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura, detalló al reportero cultural Juan Carlos Rodríguez Talavera del diario Excélsior que el siniestro será cubierto por una nueva póliza de un seguro contratado por el INAH con la compañía Agroasemex, institución nacional de seguros “que tiene como misión proteger el patrimonio”, la cual cubre “eventos catastróficos, excepto sismos”, con la cual ayer iniciaron el proceso de conciliación para definir los montos para la restauración.
La secretaria (Alejandra Frausto) nos dio instrucciones de que se inicien las acciones de la empresa que tenemos que contratar para que haga la obra de restauración y los trabajos. Ayer mismo (domingo) le pedimos a la empresa que iniciara el resguardo y el traspaso… porque vamos a sacar los bienes muebles que ya estaban resguardados y los vamos a colocar en la Iglesia de San Juan de Dios para atender los daños del incendio”, dijo Balandrano, pese a que este inmueble registra afectaciones por los sismos de 2017.
En su opinión, “el templo de la Santa Veracruz no ha estado abandonado, sino que hemos trabajado en el proyecto de restauración y lo vamos a recuperar, como ha sido con todos los demás”.
¿Por qué, si el edificio es tan valioso, no tiene vigilancia? “El templo es un tesoro de la nación, una arquitectura virreinal con gran valor histórico, religioso y social, pero hay un problema social por indigencia, a nivel de calle en esta plaza. La gente vive y duerme aquí, y aprovecharon que el inmueble estaba cerrado para introducirse. Creemos que (entraron) por las azoteas y ésa es la razón del incendio”, apuntó.
Por su parte, Alejandra Frausto reconoció que los incendios sí provocaron daños de importancia, como la pérdida de vitrales y afectaciones en el sotocoro, el órgano y una de las torres del inmueble, por lo que dijo que mantendrá una mesa permanente para su atención.
Por desgracia, sí hay daños serios en el inmueble. Sabemos que se reavivó el fuego más tarde (ayer) por algunas brazas de los polines que cayeron. Esto tiene que ver con que ciertas personas que viven en situación de calle entran al inmueble y esto ha provocado esta situación”
Frausto afirmó que no hubo ningún daño en el archivo del siglo XVI que se resguarda al interior del templo y prometió que desde ayer se retiraría la obra artística y pictórica ubicada dentro del recinto, aunque no quiso detallar si la obra de Miguel Cabrera resultó o no afectada.
En el transcurso de la semana, probablemente el viernes, se dará a conocer el dictamen de los daños.

Redacción Periscopio CDMX/EG