Elena González /Periscopio Querétaro
El confinamiento, como medida para contener el número de contagios por coronavirus en México, ha impactado particularmente a las madres pues aumentaron los quehaceres en la casa y en muchos casos también han visto mermada su economía familiar. Peor aún, muchas mujeres que son jefas de familia se enfrentan a la pérdida o disminución de sus ingresos y muchas también están expuestas al contagio ya que la cuarentena no es una opción para ellas, pues no pueden dejar de trabajar porque sus hijo o familiares dependen económicamente de ellas.
Las mujeres que tienen hijos estudiando primaria o secundaria en estos días hacen la labor de maestras, pues tienen que apoyarlos en las actividades escolares. Las que trabajan y hacen home office tiene que estar atendiendo a la vez sus obligaciones laborales y las escolares, y en muchos casos atender también a su marido, que igual trabaja desde casa. La tarea de surtir la despensa también se ha complicado pues a aparte de los riesgos que se corre al salir, se lleva más tiempo al estar controlado el acceso a tiendas y mercados. A continuación les ofrecemos testimonios sobre cómo viven el confinamiento algunas mamás.
Se protege con un antídoto natural y sale a trabajar
María Isabel Cruz Camacho es empleada doméstica y aunque ella decidió seguir trabajando bajo el riesgo de contraer el covid-19, pues uno de sus dos hijos depende de ella, en dos de las casas donde laboraba prescindieron de sus servicios. con lo que se redujo su ingreso a casi la mitad. Además del peligro de contagio que implica el desplazarse para trabajar, doña Isabel tiene que lidiar con la escasez de transporte pues vive en una comunidad de Palo Alto del municipio del Marqués, en el estado de Querétaro y su trabajo se ubica en la ciudad queretana. “En la mañana hay camión, sale al cuarto para las 7, y en la tarde pues ya me llevan porque ya no hay camión. En el día no hay”, relata.
Para protegerse del covid-19, además de usar cubre bocas y gel, doña Isabel elabora una preparación natural a base de aceite de oliva, taringa y orégano que toma todos los días. Respecto a si con la cuarentena aumento la carga de trabajo en su hogar señala: “El quehacer no ha aumentado porque solo vivo con uno de mis hijos, él está haciendo tareas, y él sabe sus quehaceres, se ensucia un plato y lo lava”, señala.
Para poder solventar sus gastos durante esta cuarentena, esta madre de familia confecciona cubrebocas y los vende. “Sí está difícil, porque hay que pagar el agua, la luz, el gas, son cosas que no le perdonan a uno, hay que irle apachurrando un poquito para que alcance. Gracias a Dios sí se han vendido, no mucho pero ahí van saliendo, de a uno, a dos, sí han salido”, comenta
Respecto a la posibilidad de recuperar sus otro trabajos señaló: “No sé, porque también las personas que me ocupaban si no tienen un ingreso, cómo me contratan, está difícil la economía…”
Con una afección en los pulmones, sigue al frente de la familia, pero con precaución
Maydeli de Arellano es productora de queso y leche y de algunas hortalizas, también es jefa de familia y tiene dos hijos que estudian la universidad los cuales dependen económicamente de ella, además de su mamá. Su actividad en el campo se mantiene estable, pero la complementa con la renta de una propiedad, ingreso que no ha recibido por los efectos de la contingencia sanitaria en la economía.
“Mis hijos toman clases en línea, y aquí están prácticamente encerrados. Y sí ha afectado porque hay momentos en que nos desesperamos porque somos una familia que siempre salimos y más ellos. Ha aumentado el quehacer en la casa porque cuando hay más gente, hay que hacer más comida, más trabajo de limpieza. Aumenta todo”, relata esta mamita.
Maidely y su familia toman todas las precauciones para no contagiarse de coronavirus. “Cuando inició la pandemia hicimos una despensa grande, enorme. Después se ha ido haciendo pequeñas despensas, pero no dejamos que baje porque no sabemos que viene en los próximos meses. Esa es la preocupación más grande. Mi hijo se encarga de las compras, yo no puedo salir porque tengo una enfermedad en los pulmones, entonces mi hijo es el que se mueve en traer la comida, lo que se va requiriendo en casa de a poquito, o cosas que no se compraron en la despensa, pues él sale y los trae. Él es el único que sale y entra, los demás estamos aquí, porque también vive aquí mi mamá y entonces, pues hay gente grande y no podemos entonces arriesgarnos”, cuenta.
Ahora se hace cargo hasta de la mascota de su hija
Para Juanita Cruz, maestra de danza folclórica, su vida cotidiana se modificó radicalmente con las medidas por la pandemia. Vive en Querétaro y tiene dos hijas que radican en la Ciudad de México desde hace tiempo. Debido a la cuarentena, sus hijas decidieron pasarla en Querétaro, pues es un estado que tiene menos riesgo de contagio que la capital del país. Sus trabajos de profesoras les permiten trabajar a distancia. Su esposo, quien es abogado también está haciendo home office.
Antes de la cuarentena, cuenta Juanita, generalmente comían fuera de casa. Los fines de semana se iban de paseo o alguna reunión con amigos. Desde que inició el confinamiento, toda la familia está recluida en casa y esta mamá tiene que preparar desayuno, comida y cena para toda la familia, incluido un perrito, que es mascota de una de sus hijas. Además continúa con sus clases de manera virtual. También tuvo que cancelar un viaje a una playa que tenía planeado para pasar las vacaciones con su familia, del cual ya había pagado el pasaje.
Pese a todo, ella considera que los días de confinamiento le han servido de descanso, pues para dar sus clases se tenía que trasladar a diferentes lugares, y eso es un tanto agotador, además de poder convivir con su familia.
Preocupada por la economía familiar
Rosa Isela Ramírez tiene tres hijo, se dedica al hogar y tiene un pequeño negocio de arreglo de uñas, pese a que cuenta con el apoyo de su esposo, la cuarentena ha afectado los ingresos familiares que se han reducido, según estima, en cerca del 50 por ciento y esa es su mayor preocupación en esta crisis de salud que vivimos actualmente. “Me ha afectado bastante, porque no hay clientes en el trabajo de mi marido y mi hijo trabaja medio tiempo y pues mi negocio cerrado.”, comenta.
Pero la carga de trabajo adicional en el hogar no es un problema para ella. “El quehacer es el mismo, todos tienen tareas asignadas incluyendo a la pequeña, le toca regar plantas, darle de comer al perro y recoger la mesa y su habitación”, dice.