OFICIAL, COVID-19 es pandemia. México está listo para afrontarlo asegura Gobierno federal

El pasado 14 de febrero de 2020 se dio a conocer el “Lineamiento para la atención de pacientes con Covid 2019" con el que se afrontará, con protocolos y ciertos medicamentos y tratamientos, la emergencia sanitaria que ha puesto en crisis a los gobiernos de Italia, España y Estados Unidos

Alejandro Cárdenas San Antonio/ESPECIAL Periscopio CDMX

Fue una declaración contundente: el coronavirus COVID-19 es una pandemia. La encargada de velar por la salud de todos en el planeta, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en voz de su director, Tedros Adhanom Gebreyesu, así lo dijo en rueda de prensa, y en la página oficial de este
organismo este miércoles 11 de marzo de 2020, se puede leer:

«En las últimas dos semanas el número de casos de coronavirus ha aumentado trece veces. Ya hay más de 118, 000 casos en 114 países y 4291 personas han perdido la vida».

Y añade: «Sólo mirar el número de casos y el número de países afectados no nos cuenta la historia completa».

Porque el 90% de los casos hasta el momento están en solo cuatro naciones, y dos de ellos, China y Corea del Sur, tienen epidemias en declive significativo. 81 países no han reportado ningún caso de COVID-19, y 57 países han reportado apenas 10 casos o menos. E insiste en que hay países que no toman ninguna medida al respecto.

Tedros Adhanom Gebreyesu agregó estar alarmado por la falta de actuación en algunos países para frenar el virus y afirmó que la consideración de «pandemia» no puede ser una aceptación injustificada de que la lucha ha terminado porque nos llevaría a muertes y a un sufrimiento innecesario.
Aunque en algunos países de primer y tercer mundo la noticia no tuvo repercusiones, como sea, viniendo de quien es, causaría alarma y confusión y más aún, en un mundo complejo, saturado de mensajes y versiones encontradas a través de redes sociales, al grado que el Covid 19 se ha convertido en el objeto virtual que en algunas partes del planeta, ya se viralizó, sin estar todavía presente.

El Covid-19 provoca complicaciones entre los pacientes de mayor edad y con mayor gravedad de la enfermedad. FOTO New England Journal of Medicine

El coronavirus siempre ha estado aquí

Las crisis epidémicas, en este siglo y el anterior, han estado a nuestro lado igual que el nuevo coronavirus. Hagamos historia, entre 2002 y 2003, la neumonía atípica o SARS, causada por un coronavirus, afectó principalmente a algunos países en Asia y a Canadá, aunque el establecimiento de medidas de prevención tuvo consecuencias sociales y económicas en todo el mundo.

Entre 2004 y 2006, la gripe aviar, provocada por la influenza de un virus del serotipo H5N1, fue objeto de una importante alerta sanitaria internacional al comprobarse su contagio ocasional a seres humanos en forma de infección grave.

En ese entonces, la OMS señaló la posibilidad de que una cepa de un influenza de virus animal se adaptaba a la especie humana gracias a una modificación genética, lo cual podría originar una pandemia.

En abril de 2009, un brote de gripe en México, provocado por un nuevo serotipo de influenza virus, llevó a la OMS a declarar el estado de alerta sanitaria. La rápida propagación de la epidemia a otros estados americanos, en especial a Estados Unidos y a Europa, así como la verificación de su elevada capacidad de contagio entre humano.

Para el 11 de junio, vino la declaración por la directora general de la OMS, Margaret Chan, del nivel 6 de alerta sanitaria, o fase pandémica.

Catorce meses más tarde, el 10 de agosto de 2010, la OMS declaraba la conclusión de la fase 6.

Referente pandémico

¿Pero cómo mide OMS y por qué declara contundente si hay o no una pandemia? ¿Cuáles son SUS criterios? ¿A partir de cuántos muertos, cuántos contagios en cuánto tiempo, a partir de qué dimensiones o periferias geográficas realiza sus mediciones? Se habla de una fase 6 o mejor decir, se hablaba, COMO referente de ese arcano criterio, pues a partir de 2009, esta cuantificación nunca se pudo establecer y causó más confusión y contradicciones que orientación y organización con articulaciones de respuesta.

Durante años, la OMS definió las pandemias como brotes que causan «enormes cantidades de muertes y enfermedades», aunque a principios de mayo de 2009 eliminó esta frase, que describe una medida de gravedad en su definición.

La falta de un criterio riguroso, por parte de la OMS, para afirmar que hay ya una «pandemia» provocó la necesidad de reevaluar tanto la evaluación de riesgos como las estrategias de gestión de riesgos hacia las enfermedades infecciosas emergentes.

El brote de SARS mostró que no es necesario un gran número de personas infectadas para generar preocupación y miedo por la enfermedad. Se sabe que el virus del SARS afectó solo a 8096 personas en todo el mundo, pero el miedo a la infección, la cuarentena involuntaria, las restricciones de viaje y los antagonismos políticos posteriores, y al menos $ 18 mil millones en pérdidas se sintieron por mucho más.

No fue el virus sino la respuesta al mismo lo que causó estos daños sociales y económicos.

Que siempre ya no, ahora otra medida

El 10 de junio de 2013, la OMS dio a conocer que cambió e implementó nuevas directrices sobre gestión de pandemias de gripe y a partir de ese momento, estaría basadas en evidencias reales de riesgo de contagio y severidad del virus.

La referencia sigue siendo poco específica y quizá más confusa, pues no habrá criterios que cumplir, sino que, basándose en las evaluaciones nacionales de cada país, la OMS decidirá que es pertinente convocar a un comité de expertos de emergencia que, a su vez, valorará la información disponible, calculará los riesgos y estimará la necesidad de declarar o no una pandemia mundial. Sigue diciendo, se deberá tener en cuenta los índices y la rapidez de transmisión, la severidad clínica y el impacto que el brote tenga en el sistema de salud del país concernido.

Entonces, los países deberán hacer sus propias evaluaciones nacionales y locales y, por su parte, la OMS hará las suyas, y en función de los resultados se tomarán las decisiones correspondientes.

La mano negra de un virus

Y no sería para menos. Hay voces en redes sociales que aseguran que esta pandemia tiene un trasfondo comercial y geopolítico. El argumento contundente es el escándalo de 2010, debido al conflicto de intereses entre la OMS, personal médico adscrito a la misma organización y empresas farmacéuticas que recibían asesoría de los galenos que por igual, aconsejaban a la OMS y por ambas partes, percibían honorarios.
La trama estuvo así:  De acuerdo a información del periódico español El País, del 5 de junio de 2010, sedecía:

La gestión de la pandemia de gripe A por la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue poco transparente. Según un estudio del British Medical Journal (BMJ), una de las revistas médicas de referencia, un informe clave de la OMS ocultó los vínculos financieros entre sus expertos y las farmacéuticas Roche y Glaxo, fabricantes de Tamiflu y Relenza, los fármacos antivirales contra el virus H1N1. Ese fue el informe que instó a los Gobiernos a apilar reservas de esos medicamentos, por valor de unos 6.000 millones de dólares (4.900 millones de euros). Las críticas del British Medical Journal se suman a las del Consejo de Europa, que recientemente también acusó a la OMS de opacidad, aunque por otra razón: que los 16 miembros del comité de emergencia que asesoró durante la crisis a la directora del organismo, Margaret Chang, son secretos.

La nota continúa informando sobre las pautas de la OMS que recomendaban a los gobiernos almacenar Tamiflu y Relenza -los únicos dos fármacos antivirales eficaces contra el virus H1N1- fueron publicadas en 2004, y se apoyaban en publicaciones de los tres expertos ahora cuestionados.

Estos tres científicos sí declararon sus lazos con la industria en sus papers (publicaciones científicas), pero la OMS no recogió esa declaración en el informe que entregó a los Gobiernos. Y El País remata diciendo, el nuevo estudio crítico con la gestión de la OMS es una investigación del propio BMJ y del Bureau of Investigative Journalism británico.

Los virólogos y epidemiólogos especializados en el virus de la gripe -el agente infeccioso más impredecible que se conoce- ya recomendaban a los gobiernos almacenar reservas de Tamiflu y Relenza antes de la aparición del H1N1, en prevención de cualquier posible pandemia de gripe.

«Nos preocupa que algunos países no estén tomándose el problema suficientemente en serio o que hayan decidido que no pueden hacer nada», alertó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. FUENTE El País (Uruguay)

Conspiranoides

Hoy, para algunos, lo que puede sonar a imaginación de un conspiracionista, es que la pandemia busca reactivar la economía de las empresas farmacéuticas y como el personal de la OMS se prestó a la preparación previa, durante y después de la presunta emergencia por el virus H1N1, les suena evidente y, por lo tanto, hay países que no están tomando en cuenta esta declaración de Tedros Adhanom Gebreyesu como algo preocupante, sino parte de un nuevo capítulo donde están de nueva cuenta los mismos actores: un virus modificado, el antiviral Oseltamivir, las empresas farmacéuticas, una crisis de comunicación en aspectos como el diagnóstico preciso en la sintomatología y los protocolos epidemiológicos, y por último, la OMS declarando pandemia con menor influencia en los criterios para tal efecto, como ya se mencionó líneas arriba, donde cada país forma hoy sus criterios.

Llama la atención  que el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, aseguró el pasado día 24 de febrero de 2020 en rueda de prensa que la Organización Mundial de la Salud ya no usa el término «pandemia» y aclaró que es, en pos de la clarificación, la OMS no usa más el viejo sistema de 6 fases, el cual va de fase 1 (sin reportes de influenza animal causando infecciones humanas) a fase 6 (una pandemia), que le puede resultar conocido a algunas personas por el H1N1 en 2009.

Sucede que el 30 de enero de 2020, la OMS declaró el nuevo coronavirus que se identificó en diciembre en Wuhan, China, una «emergencia de salud pública de importancia internacional» (ESPII), no pandemia.

Y mientras tanto en México…

En los diagnósticos precisos en la sintomatología y los protocolos epidemiológicos, México tiene su propio “Lineamiento para la atención de pacientes con Covid 2019” y se publicó el pasado 14 de febrero de 2020.

En este documento de 29 páginas, entregado según dicen, sólo a médicos, destacan las siguientes acciones:

  • Manejo de pacientes en primer nivel
  • Identificación de casos
  • Evaluación
  • Tratamiento
  • Seguimiento clínico
  • Atención médica en segundo y tercer nivel (paciente ambulatorio adulto)
  • Identificación de casos
  • Recepción de paciente con síntomas respiratorios
  • Evaluación
  • Hospitalización
  • Referencia y contrareferencia
  • Traslado de pacientes
  • Criterios de ingreso a la unidad de cuidados intensivos.
  • Criterios de rechazo a la unidad de cuidados intensivos.
  • Manejo ventilatorio con síndrome de insuficiencia respiratoria aguda.
  • Intubación orotraqueal
  • Estrategia de protección alveolar
  • Reclutamiento alveolar
  • Ventilación posición prona
  • Ventilación mecánica no invasiva,
  • ECMO
  • Manejo hemodinámico
  • Otras estrategias
  • Reconversión hospitalaria
  • Atención al personal de atención a la salud que participa en el tratamiento de la emergencia.

Es de llamar la atención que en la página seis, donde se describe el tema del tratamiento, dice literal:

No se recomienda iniciar tratamiento antiviral específico en pacientes con diagnóstico confirmado de COVID-19. Cualquier tratamiento o intervención contra COVID-19 no aprobados, deberá de administrarse estrictamente bajo un protocolo de investigación evaluado y aceptado por un Comité de Ética en Investigación y con número de registro en CoNBioética.

El tratamiento inicial es sintomatológico. Asimismo, se recomienda iniciar tratamiento antiviral (OSELTAMIVIR) en pacientes con criterios clínicos de Enfermedad Tipo Influenza (ETI), ya que comparte criterios clínicos con COVID-19, e independientemente de que hayan sido o no vacunados.

Aunque el Oseltamivir se sigue considerando esencial en los casos severos de influenza H1N1 hay también controversia sobre su beneficio y su seguridad. FOTO Fb ACSA

Vademécum

Según el Vademécum, obra de referencia que contiene las nociones o informaciones fundamentales de una materia, que utilizan los profesionales sanitarios para consultar sobre presentaciones, composiciones y las principales indicaciones de los medicamentos.

El Oseltamivir inhibe selectivamente las neuraminidasas del virus influenza, las cuales son importantes para la entrada de virus en células no infectadas y la liberación de partículas virales recién formadas. Este
antiviral es mejor conocido por su nombre comercial como Tamiflu y fue fabricado de manera exclusiva por laboratorios Roche hasta antes del día 26 de febrero del año 2016, cuando venció el plazo de 20 años para que la farmacéutica suiza Roche pudiera fabricar y comercializar de manera exclusiva en México el fármaco Oseltamivir, cuya patente le pertenecía.

La sal oseltamivir es la sustancia activa del medicamento Tamiflu desarrollado por Roche, el cual hasta ese momento, era el único existente en México para tratar la infección ocasionada por el virus de la influenza. Este medicamento era y es el que comercializan las farmacias privadas y recetan los médicos de las instituciones de salud.

En marzo de 2016, el encargado de despacho de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios Cofepris, Julio Sánchez y Tepoz, declaró que ya había dos laboratorios que habían solicitado el registro sanitario para sus versiones genéricas del Tamiflu.

Se esperaba que los primeros medicamentos genéricos del nuevo paquete, que incluían oseltamivir, comenzarán a estar disponibles en las farmacias y según la Cofepris, los medicamentos genéricos reducirán su precio entre un 30 y un 75 por ciento.

Oseltamivir o Tamiflu genérico

Fue entonces cuando el 29 de abril de 2016, la Secretaría de Salud dio a conocer, por medio de un comunicado, el nuevo Paquete de Medicamentos Genéricos, el cual incluía 45 fármacos.

De entre todos ellos destacó el Tamiflu, el antiviral con Oseltamivir, que se usa para el tratamiento de la influenza tipo A y B. Hay que recordar, que en aquella época, el Tamiflu tuvo un desabasto a lo largo de todo el país y se vendía entre 500 y los 790 pesos por unidad en farmacias privadas.

Los médicos especialistas, afirman que el tratamiento de Oseltamivir, para atacar cualquier tipo de virus, como el Coronavid 19, requiere una ingesta de medicamento por 21 días consecutivos y lo que es curioso, las cajas que venden en las farmacias, contienen de 10 a 14 grajeas o comprimidos, lo que obliga a comprar dos o tres cajas, incrementando los gastosa de un paciente que no cuenta con el apoyo de una institución gubernamental dedicada a la salud.

Lo de ayer pareciera el hoy

En conclusión, es necesario leer completo un artículo publicado en la Universidad de
Valladolid, España, por Javier Nespereira García, el día 13 de octubre el año 2014 titulado «Los discursos de la pandemia. Nuevas estrategias de comunicación del riesgo en un nuevo contexto sociocultural» porque se trata de un trabajo tan actual, que pareciera escrito para entender la presente trama de la pandemia del Coronavid 19:

Las enfermedades epidémicas han constituido un importante elemento de transformación en los procesos históricos, de manera que las grandes crisis epidémicas han sido, al mismo tiempo, crisis históricas sociales (McNeill, 1976: 257). Han supuesto alteraciones de la organización social, cambios en la estructura demográfica, y en los patrones de comportamiento, pero al mismo tiempo han dado lugar a cambios significativos en los valores morales, en la identidad cultural y en la conceptualización del otro, como han puesto de manifiesto autores como Michel Foucault (2009) y Susan Sontag (2008), entre otros. Estos procesos de transformación cultural y social han sido mediados por numerosos discursos científicos, políticos, religiosos, mediáticos y artísticos que han construido históricamente los significados de la salud, la enfermedad y la medicina, pero también las  interpretaciones de conceptos como la culpa, el castigo o la identidad individual y social. En las próximas páginas intentaremos ofrecer una caracterización de los géneros discursivos que participan en las crisis epidémicas como acontecimientos históricos en la sociedad actual.

Texto completo aquí: http://www.e-revistes.uji.es/index.php/clr/article/view/1553/1289

Periscopio CDMX

 

 

 

 

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