FOTOS Jaime Boites/Periscopio CDMX
Unidades de anarquistas, integradas por veinte jóvenes cada una, se desplegaron a los costados de la multitudinaria marcha del 8M que reprobó, en varios momentos, su proceder. Este día en que se pide paz al Gobierno federal, los gobiernos locales y a todos los hombres, se tiñó del vandalismo del rostro cubierto y los aerosoles para pintar consignas, golpear a mujeres policías y herir a las asistentes con bombas molotov.
Por donde las anarquistas feministas pasaban se rompían cristales, hacían pintas y desmontaban las vallas que se instalaron para proteger los monumentos históricos y los comercios. Las láminas para resguardar el Banco de México en Eje Central y Cinco de Mayo fueron desmontadas en un tris poco después de las cuatro de la tarde.
Ninguna de ellas fue detenida por la policía mientras destruían cámaras de seguridad con marros o lanzaban piedras contra los cristales de bancos y comercios.
Redacción Periscopio CDMX/EB