La Merced fue sede de barrio prehispánico donde se veneraba a deidades femeninas

Por Staff Periscopio CDMX

Se estima que el baño de vapor tenía una profundidad de 5 metros y casi 3 de ancho. que fue elaborado con bloques de adobe y fragmentos de tezontle recubiertos de estuco.

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron un temazcal que data del siglo XIV en el número 24 de la calle de Talavera, ubicada en La Merced, en el Centro Histórico de la Ciudad de México con el que se permite ubicar con precisión el barrio de Temazcaltitlán, uno de los más antiguos de Tenochtitlan, y donde se veneraba a deidades femeninas como Tlazolteotl, Ayopechtli o Ixcuina (diosa del parto), Coatlicue, Toci, Chalchiuhtlicue y Mayahuel, advocaciones ligadas a la tierra, a la fertilidad, al agua y al pulque.
Esta información consta en fuentes como el Mapa de Sigüenza, la Crónica Mexicáyotl y el Códice Aubin, los cuales relatan la historia de la peregrinación del pueblo mexica, precisa el INAH en un comunicado de prensa que emitió este miércoles 21 para anunciar este hallazgo, así como los descubrimientos también de los vestigios de una casa indígena y estructuras arquitectónicas de una curtiduría del periodo novohispano en esa zona, gracias al trabajo que realiza un equipo de La Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA), encabezado por Víctor Esperón Calleja.
Con base en los restos encontrados, se infiere que las dimensiones del temazcal eran de cinco metros de profundidad y casi tres de ancho, asimismo se puede observar que fue elaborado con bloques de adobe y fragmentos de tezontle recubiertos de estuco. En la parte central se ve la tina o pileta de agua para el baño de vapor, así como una de las banquetas que formaban parte del mismo.

El INAH resalta que es una insólita coincidencia que los orígenes del callejón afamado por los expendios donde “se visten Niños Dios”, estén vinculados con la maternidad en la época prehispánica. Y refiere que en su Crónica Mexicáyotl, Hernando Alvarado Tezozómoc señala que en este lugar se hizo un temazcal para bañar y purificar a la doncella Quetzalmoyahuatzin, noble mexica que había parido en Mixiuhca, “allá se bañó la madre de Contzallan, por eso se denomina Temazcaltitlan, allá se bañaron todos los mexicanos, allá se asentaron”.
El tlaxilacalli o barrio de Temazcaltitlan, pertenecía a la parcialidad de Teopan (también llamado Zoquipan), primer territorio lacustre ocupado por los mexicas. La zona de Temazcaltitlan fue la sede primigenia del islote en la que se produjo el avistamiento de las señales pronosticadas por Huitzilopochtli, como lo recuerda el monumento de “La aguilita”, en la Plaza Juan José Baz, que le hace contraesquina, explica el responsable del salvamento arqueológico.
Además, sobre el temazcal prehispánico, se encontraron restos bien conservados de una casa que al parecer fue habitada por una familia de la nobleza indígena, una vez consumada la conquista de Tenochtitlan, durante el periodo Colonial Temprano (1521-1620).
“La evidencia es relevante por el acabado de las paredes de las habitaciones, las cuales presentan un aplanado de estuco decorado con motivos en rojo y sus pisos son de bloques de adobe acomodados. Estos elementos nos indican que este espacio fue habitado por una familia indígena, posiblemente de origen noble”.
Casa de curtiduría
El predio en la calle Talavera ha supuesto una “caja de sorpresas”, pues en prácticamente todo el terreno se distribuyen restos arqueológicos de sus distintas temporalidades, como es el caso de un complejo industrial para curtir pieles, el cual debió funcionar en la última centuria del virreinato español (1720-1820). Esta casa de curtiduría ocupó además la contigua Casa Talavera, según los hallazgos registrados en el área este de ese centro cultural.
El arqueólogo Esperón Calleja relata que en el extremo este del predio se localizaba el “área húmeda” de la curtiduría, como lo indica un conjunto de ocho tinas en las que se procesaban las pieles de las reses, las cuales debían proceder del cercano rastro de San Lucas, ubicado en las inmediaciones de lo que hoy es la estación del Metro Pino Suárez.
El equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH ha concluido la liberación del predio, toda vez que ya se realizaron los registros gráficos y fotográficos de los restos arqueológicos, así como las tomas de muestras que servirán para afinar mayores datos sobre sus distintas ocupaciones.

Comments

comments