«Motezuma» y no «Moctezuma» llamó el compositor italiano Antonio Vivaldi a su ópera inspirándose
en las historia del emperador azteca derrotado por el conquistador español Hernán Cortés. La pieza fue montada en tres actos y se estrenó el 14 de noviembre de 1733 en el Teatro Sant’Angelo de Venecia.
Durante siglos la partitura musical estuvo perdida. Fue hasta 2002 que el musicólogo Steffen Vos la halló en Kiev
entre varios archivos que el Ejército Rojo expolió de la Biblioteca de la Sing-Akademie zu Berlin, en la Segunda Guerra Mundial.
https://www.youtube.com/watch?v=o9zz3zg_Wtc
El compositor de las célebres «Las cuatro estaciones» recrea las últimas horas de vida del emperador, las cuales se volvieron a escuchar cuando se realizó un estreno mundial el 21 de septiembre de 2005 en Düsseldorf, Alemania, como parte del Altstadtherbst Kulturfestival.
La semana pasada, en el Zócalo capitalino, la versión mexicana, realizada durante años, con un empeño titánico por parte de Samuel Máynez Champion, se cantó en náhuatl y la llamó «Motecuhzoma II» en la conmemoración de los 500 años del encuentro entre el Emperador azteca Moctezuma y el conquistador español Hernán Cortés.
Moctezuma en clave Carpentier
Un criollo y rico novohispano recala en Cuba y se lleva consigo a un negro liberto que dice ser descendiente del negro Golomón. Con tales personajes, Alejo Carpentier recrea, en «Concierto barroco» (Siglo XXI Editores, 1974), el momento en que Vivaldi está componiendo en Venecia su ópera dedicada al Emperador azteca Moctezuma. La prosa hipnótica del autor de «El reino de este mundo» se regodea en los impulsos creativos de los genios barrocos de la música y, sin duda, es una de sus obras más melódicas porque, gracias al personaje afromestizo, la trama dará un salto de época hasta la edad de oro del jazz en Estados Unidos. (PERISCOPIO/AMM)