Arturo Mendoza Mociño
El cuento sobre la vida literaria de Agustín Monsreal no es breve sino bastante laaaargo. Discípulo de Edmundo Valadés y albacea literario de la mítica revista «El cuento», Agustín Monsreal fue honrando en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes por los cuarenta años de la publicación del libro «Los ángeles enfermos».
Se trata de un libro poco conocido entre las nuevas generaciones, consideró Eduardo Antonio Parra, narrador guanajuatense forjado literariamente en Monterrey. Para él, este libro es uno de los premios San Luis Potosí para cuento más potentes por técnica, lenguaje, temas, y porque todavía puede atraer a los lectores más jóvenes y enseñar mucho a los escritores jóvenes.
La vena literaria yucateca se puede encontrar en este libro, a juicio de Hernán Lara Zavala, especialista en literatura británica por la UNAM. Todos las historias que se encuentran a la orilla del mar tienen esa yucataneidad.
Aquellos que leían la revista «El cuento», dirigida por Edmundo Valadés, recordarán el deleite que era aquella publicación. Por eso Parra, autor de los libros de cuentos «Los límites de la noche» y «Tierra de nadie», considera que se debe hacer una nueva antología del cuento mexicano como la que hizo la UNAM hace unos 15 o 20 años, la cual era un troscote de unas 800 páginas.
E insiste: «Ojalá se reeditaran libros fundamentales del cuento mexicano porque hay muchos por ahí regados, o bien una antología, porque la manera de leer cambia y así se rescatarían del olvido a varios de ellos».
Una de las joyas literarias del Fondo de Cultura Económica es «El libro de la imaginación» de Edmundo Valadés, cuya grandeza literaria descansa en la brevedad de sus historias, que es el equivalente mexicano al libro que hicieron, a seis manos, Jorge Luis Borges, Adoldo Bioy Casares y Silvina Ocampo y que es un clásico hispanoamericano: » Antología de la literatura fantástica» (1977). PERISCOPIOX
El arte de narrar en corto
El libro de la imaginación de Edmundo Valadés (FCE)
Escalofriante
Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean la puerta.
Thomas Bailey Aldrich, Works
Despertar
—¿Dice usted que esta casa no existe, que usted es un fantasma? ¿Pues dónde estoy?
—En el despertar de un sueño.
Nicio de Lumbini
Pregunta
¿Qué es un fantasma?, preguntó Stephen. Un hombre que se ha desvanecido hasta ser impalpable —por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres.
James Joyce, Ulises