Por: Elena González.
El enamoramiento de un lugar ubicado en las inmediaciones del barrio de San Juan sembró en Michel Lipkes, en su época de estudiante de cine, el deseo de lo que una década después sería su ópera prima: “Malaventura”, una película que habla de las calles del Centro Histórico, pero con relación a la historia de un hombre, que está ya cercano al fi nal de su vida.
Con el genial trabajo de fotografía de Gerardo Barroso (Calle López), “Malaventura” es una especie de roadmovie, donde el único actor es el protagonista, el resto de los personajes forman parte de la vida cotidiana de la parte no turística del Centro, pero cargada de identidad y vida. La trama se centra en la rutina de un hombre de más de 80 años y la interacción que desarrolla con los espacios desde que inicia el día.
Filmado con una cámara digital que se mantiene estática, al personaje de “Malaventura” se le ve recorrer diversos lugares del Centro Histórico en una secuencia de imágenes sin interrupciones. La historia que se entreteje en el filme es más bien intimista, con escasos diálogos. En él se perciben las emociones de un hombre octogenario, como la desolación, la angustia; pero también hedonismo.
Aunque a lo largo de la cinta desfi lan diversos personajes, que son los parroquianos del barrio, al hombre casi siempre se le ve sólo. El Fiuma, esa especie de taberna surrealista -el lugar que cautivó a Lipkes- es escenario de uno de los momentos más encantadores de la cinta. Ahí se observa a un grupo de hombres departiendo alegremente; uno de ellos recita algunos versos de Los proverbios del Infi erno de William Blake.
“Lo conocí hace 10 años (yo todavía estaba estudiando cine en el Centro de Capacitación Cinematográfi ca) con Gerardo Barroso, mi fotógrafo, que también es habitante de las calles del Centro, después de un largo día de trabajo, teníamos ganas de tomarnos una cerveza. Me propuso un lugar que, él aseguró, que nunca lo iba a olvidar, y me llevó al Fiuma, tocamos a la puerta y salió Don Pepe. Pues yo me enamoré del lugar, como te enamoras de las cosas a nivel de las cosas que deseas hacer algo al respecto. En este caso fue una película que justo habla de estas calles. Habla de las calles del Centro”, comentó Lipkes durante la premiere de la cinta en La Casa del Cine.
El cineasta concibe al Centro Histórico como un lugar muy salvaje, un espacio lleno de portante de vida. “Si en México nos llaman una cultura surrealista, creo que mucho se puede manifestar en las calles del Centro, y bueno, no solo el surrealismo, sino la misma vida. Mi película es acerca de eso, donde la vida finaliza, en esas calles”.