Por: Viridiana Villegas Hernández.
Cada lugar tiene una historia que contar, ¡y qué decir de los recintos ubicados en el ombligo de la ciudad! Entre batallas, doctrinas religiosas y cátedras universitarias se han debatido los edificios y palacios construidos desde los tiempos virreinales en el Centro Histórico.
Los recintos universitarios aún siguen en pie y brindan diversos servicios a la comunidad, ya sea como museos, escuelas, oficinas administrativas o bibliotecas.
La Antigua Escuela d
e Economía, el Palacio de Medicina, la Antigua Escuela de Jurisprudencia, el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el Antiguo Templo de San Pedro y San Pablo, la Academia de San Carlos, la Real y Pontificia Universidad de México, el Palacio de la Autonomía, el Templo de San Agustín, y el Palacio de Minería conforman el patrimonio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El Palacio de Medicina (República de Brasil 33), —mejor conocido como “La Casa Chata”—, que en el siglo XVIII fungió como Tribunal del Santo Oficio, abrió sus puertas como Escuela de 1855 a 1956, cuando se inaugura la Facultad de Medicina en Ciudad Universitaria (CU) y el Palacio se convirtió en museo, donde no hay que dejar de visitar la recreación de una vieja botica.
La Antigua Escuela de Jurisprudencia (San Ildefonso 28), es sede de ex alumnos de la Facultad de Derecho, y donde ahora también se ubican las ofi cinas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), frente a la legendaria Plaza de Santo Domingo.
Una huella honda de la UNAM se halla en el Centro Histórico: el Antiguo Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16), la historia de este lugar comienza en 1868, cuando Benito Juárez llama a fundar la Escuela Nacional Preparatoria. San Ildefonso ha sido testigo de eventos que han marcado el rumbo de la nación, como la invasión norteamericana, la impresión en sus rincones del muralismo mexicano y una de las primeras represiones que llevó a cabo el ejército en tiempos de Díaz Ordaz contra el movimiento estudiantil de 1968, entre otros. Actualmente es uno de los museos más emblemáticos del país.
¿Recuerdas si los libros de texto de primaria mencionan dónde tomó juramento Agustín de Iturbide como emperador de México en 1822? ¿En qué lugar se firmó la constitución de 1857? ¡Vaya preguntas! Ambos acontecimientos ocurrieron en el Antiguo Templo de San Pedro y San Pablo (Del Carmen 31), recinto que por muchos años resguardó al Museo de la Luz, mismo que fue reubicado en San Ildefonso.
El exterior de los recintos es suficiente para maravillarse… eso me sucedió al descubrir la fachada color naranja de la Academia de San Carlos (Academia 22), que después de que en 1929 la UNAM lograra su autonomía se convirtió en la Facultad de Arquitectura y Artes Plásticas, de donde egresaron Rufi no Tamayo, Diego Riera, David Alfaro Sequeiros, José Clemente Orozco, Antonio Rivas Mercado y Carlos Lazo Barreiro. Hasta el día de hoy se cuentan 65 mil piezas en su colección, como fotografías de Guillermo Kahlo, entre otros valiosos materiales que vale la pena conocer.
Bajo el Palacio de la Autonomía (Lic. Primo Verdad 2), se encuentran restos del Templo Mayor, que fue cubierto para dar asilo a la orden de las Carmelitas Descalzas en los tiempos de la Nueva España. Posteriormente, con Juárez en la Presidencia, fue habilitado como cuartel militar y después, sede de la escuela Normal; de 1910 a 1929 alberga la rectoría de la UNAM, cuando tras un movimiento estudiantil Emilio Portes Gil le da la autonomía a la Universidad y es concebido como espacio museográfico. El Palacio de Minería (Tacuba 5) es considerado una joya del neoclásico que desde fines del siglo XIX hasta 1977 fungió como Escuela de Ingenieros; hoy en su Salón de Rectores se encuentran los retratos de cada uno de estos personajes que han llevado la batuta en la UNAM, quienes al término de su gestión eligen en qué postura y quién será el artista que los inmortalizará en lienzo, además de ser la casa de la Feria Internacional del Libro por más de 30 ediciones.