Por: Fernando Guerrero Lozano
En el año de 1910, en México se manejaba la idea de que la educación profesional y superior había sido estructurada para ser impartida únicamente en las instituciones públicas, sin permitir la posibilidad de que el sector privado participara en la enseñanza.
Sin embargo, el conjunto de sucesos históricos que ocurrieron en Francia, Bélgica y España permitió que el país estableciera unas primeras escuelas libres del continente, teniendo como característica su libertad política y religiosa.
Ante el nombramiento del abogado Luis Cabrera como director de la antigua Escuela Nacional de Jurisprudencia (actual Facultad de Derecho de la UNAM) los alumnos tuvieron la oportunidad de rebelarse contra las imposiciones, conformando un frente al que se sumaron maestros, con el fi n de defender la libertad y la autonomía educativa.
Gracias a una serie de donaciones, el 24 de julio de 1912, en una casa ubicada en la calle de Donceles, se funda la Escuela Libre de Derecho, con la fi nalidad de preservar la autonomía e independencia educativa en México, “La Libre”, como se le conoce, es la segunda institución más antigua que imparte la carrera de Derecho en el Distrito Federal, después de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En su inicio, La Libre albergó a 160 alumnos numerarios y 81 alumnos supernumerarios, y se dedicó a defender la autonomía institucional y la independencia respecto al poder público, política y religión.
Rumbo a los años 60s, la demanda educativa creció a la par de la población de la capital mexicana, crecimiento que exigió a que La Libre ampliara sus servicios. Es por eso que para el año de 1972 se construye el edifi cio donde se ubica actualmente la escuela, en la esquina de Doctor Vertiz y Arcos de Belén, que permitió aumentar las admisiones a los alumnos.
Hoy en día, La Escuela está inmersa en el dinámico proceso de hacer frente a los retos de la vida moderna con base en los principios que la sustentan desde su fundación. La Libre de Derecho ha sido un semillero importante de abogados, muchos funcionarios públicos, e incluso presidentes se han formado allí, aunque también han salido brillantes abogados dedicados al derecho penal, mercantil, laboral y prácticamente todas las otras ramas del derecho.